¿Hacia donde empujar al Radicalismo?

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La Unión Cívica Radical, el partido más viejo de la Argentina y al que todos veían muerto luego del fracaso del 2001, hoy está en una encrucijada fundamental de ¿cómo seguir? A diferencia de las de los últimos años, tiene un valor agregado: el electrocardiograma muestra signos de mejoramiento. Ahora bien, ¿Cómo posicionarnos en este nuevo mundo? donde como decía Zygmunt Bauman que “la única certeza es la incertidumbre”, conocida por los países subdesarrollados como los de nuestra región, pero no por los del viejo continente y mucho menos por el gigante del norte.

Esta falta de seguridad generada por las nuevas vacilaciones mundiales, hace que las sociedades, busquen protección ante las falencias sustanciales de las democracias modernas. Mayoritariamente, en personas o en partidos cada vez más reaccionarios, en el que estamos en las antípodas, pero que tienen un programa “para solucionar” estas problemáticas, buscando como “chivo expiatorios” a los inmigrantes y más desprotegidos.

Nuestro partido no es ajeno a esto, de la mano de Raúl Alfonsín cimentamos en términos formales, el periodo democrático más largo de la historia de nuestro país. Pero, con votar solo no alcanza. Hoy a 34 años de esa gran gesta; los hospitales curan cada vez menos de lo que tendrían que curar, las escuelas enseñan cada vez menos de lo que tendrían que enseñar y la policía nos cuida cada vez menos de lo que nos tendría que cuidar, entre otras cosas. Eso sí, de algo estoy seguro, de que el partido justicialista no logró ninguna de las dos cosas en este periodo democrático: no contribuyó al mejoramiento de la democracia formal, y en términos sustanciales, probó con varias recetas en 24 años de gobiernos nacionales, pero fracasó.

Es por esto, que tenemos la enorme responsabilidad de concluir con la obra comenzó la generación del 83´. Pero despojándonos de la nostalgia alfonsinista y del stress post traumático delarruista, pensando un partido con las oportunidades y limitaciones que conlleva el contexto político-mundial en el que estamos viviendo. Y así poder hablarle a la sociedad del presente, pero sobre todo a la del futuro, ya que la consigna “democracia o dictadura” ya se cumplió hace más de tres décadas.

NÚMEROS Y GEOGRAFIA

Todos sabemos que es impensado un radicalismo nacional, sin la Provincia de Buenos Aires que cuenta aproximadamente con el 40% de electores, como así también, es imposible un radicalismo bonaerense fuerte sin una Juventud Radical de Buenos Aires y jóvenes mayores de 30 años en marcha: ¿Qué mejor que estos(nativos tecnológicos) para entender el nuevo mundo del conocimiento?

Si se toman las proyecciones del Indec, en 2017 y en 2019, cerca del 44% del padrón electoral estará compuesto por ciudadanos entre 16 y 40 años.

El radicalismo tiene que “rejuvenecer” su agenda, tiene que dar respuesta a esos 4 millones de jóvenes bonaerenses de los cuales 600.000 son los mal llamados Ni-Ni, ya que tienen nombres y apellidos, como así también a los que se reciben de alguna universidad y no consiguen trabajo o los que cambian dos o tres veces en los cinco años posteriores o los que terminan la escuela y deciden emprender algún proyecto para insertarse en el mundo laboral. Ni que hablar del acceso a la primera vivienda y la problemáticas de las adicciones.

Esta agenda, tiene que tener indefectiblemente una perspectiva de género, ya que además de la violencia que vienen sufriendo las mujeres desde los inicios de la historia, tampoco hoy el estado le da respuesta a las jóvenes que eligen ser madres (1 de cada 6 nacimientos corresponden a madres entre 14 y 19 años).

Para esto, es indispensable también, que el partido le abra cada vez más las puertas a la Franja Morada, es inadmisible que gobernando las universidades más grandes del país por décadas, teniendo esto mucho más valor agregado que una fundación, no tengamos conformados los equipos técnicos, o aún peor, que se lo formemos a otros partidos.

En Argentina, ningún partido político que no haya sido comandado por el peronismo, pudo terminar su mandato en tiempo y forma desde la aparición de este en el 44´, como así tampoco, ningún partido político gobierna solo desde el 99´, con lo cual, la elección de medio término de este año no solo es crucial para cambiemos, sino también, para la cultura política de nuestro país, ya que no se puede lograr una democracia formal y sustancial si no hay equilibro y alternancia en el orden nacional.

Como dijo un dirigente nacional hace muy poco “hay que empujar al radicalismo y esa es tarea de los jóvenes”, muchos querrán que sea al abismo, nosotros, queremos empujarlo a la modernización, con las convicciones y los valores de siempre, pero con una agenda rejuvenecida que sea plasmada no solo en los discursos, sino por jóvenes en los lugares de poder.

Manuel Cisneros

Vicepresidente

Juventud Radical Buenos Aires[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]